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EL AMOR, LA LLAVE MAESTRA

 

El amor es vida, el odio muerte. ¿ Cuál será nuestra mejor elección? El amor es la llave mágica que abre las puertas del cielo. No tenemos que pedir amor sino expresarlo y darlo porque el amor es la suprema Ley de la Vida.

Cada pensamiento, cada deseo, palabra y emoción que son contraria al amor o no está en armonía con su vibración, crea desorden, sufrimiento, inarmonía, desacuerdo, fealdad e infortunio en el Universo y de todo esto no tenemos escape, porque, "lo que siembres eso cosecharás". Es cierto que estamos mezclados con el desorden creado por nosotros mismos y es difícil escaparnos salvo que hagamos una gran y  persistente entrega a la Ley del amor y cautivemos con ella todos nuestros pensamientos, palabras, actos y deseos.

Digamos que no podemos eludir las consecuencias de nuestra siembra, si sembramos semillas de odio, indiferencia, mala voluntad, egoísmo, envidia y otras cosas que están en desarmonía con el Amor Divino, irremediablemente cosecharemos el fruto de lo sembrado, si el labrador siembra maleza, no puede cosechar trigo aunque rece mucho, del mismo modo mientras sembramos de la carne cosecharemos desarmonía y corrupción. Sin embargo, cuando nos entregamos al Dios del Amor, le seguimos a El vaya donde vaya, cuando establecemos nuestra vida en el Principio del Amor, cuando obedecemos profundamente los dictados de la Ley del Amor, no solo dejamos de sembrar semillas de sufrimiento y desorden, sino  que, al mismo tiempo, el Divino Orden comienza a manifestarse en nuestra vida y asuntos cotidianos.

Esto puede ocurrir porque dejamos de luchar contra las pruebas, preocupaciones, sufrimientos y disciplinas que nos hemos creado nosotros mismos y porque cesamos de revelarnos contra las dolorosas experiencias de la vida que son el resultado de pecar contra la Ley del Amor, y, en cambio, cooperamos con las experiencias de la vida, transmutándolas para que se conviertan en manantiales de bendición en lugar de castigo.

Hay una Ley llamada de Causa y efecto que actúa muy justa y amorosamente dando a cada uno lo que le corresponde pero de una forma que, a la vez, beneficia al máximo en el desarrollo interno; esta ley es la que nos hace tener un determinado destino junto a determinadas personas pero además es la que nos trae lo que necesitamos para que nuestra vida sea más productiva para el espíritu. Cuando caminamos por el sendero del Amor, del altruismo y de la fraternidad estamos colaborando con estas Leyes Divinas  pero si lo hacemos por el camino de la maldad, del egoísmo y de las pasiones, tarde o temprano recibiremos lo que merecemos para que tomemos conciencia de que hemos elegido un camino equivocado.

El que fue Maestro de maestros hace 2.OOO años nos enseñó a vivir una vida libre de  preocupaciones, alegre y unida a Dios, por lo tanto, cuanto antes penetremos en el mundo del Amor menor cuidado y esfuerzo nos exigirá la vida. También dijo que El no era quien actuaba sino que era el Padre Amor por medio de El quien lo hacia, del mismo modo podemos nosotros permitir al espíritu del Amor que nos guíe y que actúe a través nuestro sin esfuerzo ni fatiga de nuestra parte.

El Sendero de la realización espiritual es la Senda del Amor, es la Senda que el Gran Maestro recorrió antes que nosotros. Solo podemos seguir Su camino lleno de bendiciones por medio del Amor y del Servicio desinteresado a todos, olvidando y dejando atrás el egoísmo, los rencores y todas las pequeñas cosas que hacen que nos desviemos de su camino.

Meditad sobre esta frase " Aunque diese todos mis bienes a los pobres y aunque me dejase quemar vivo, sino tuviese Amor de nada me  serviría".

Francisco Nieto Vidal