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NO HAY OPORTUNIDAD SIN RIESGO

 

Hoy quisiera haceros una reflexión.

No hay oportunidad sin riesgo. Por pequeño que sea todo entraña un riesgo, un apostar por algo concreto. Lo más necesario en estos casos es la valentía, además del suficiente coraje y decisión para llevarlo a cabo.

Después de la manifestación ¿con qué nos quedamos?... ¿con el resultado de la acción? o ¿con el sentimiento interno?...

Si me lo permitís y a mi entender, lo que verdaderamente importa es el sentimiento interno, sea cual sea el resultado de la acción. Y sobre este sentimiento es sobre el que hay que reflexionar y trabajar.

¿Cómo nos sentimos por dentro si es un sentimiento de derrota?... Analizar siempre si esa derrota proviene de un ego humillado, vapuleado o confuso. Porque ese tipo de derrotas son las más frecuentes. Daros cuenta que, al Ser Interno, nada ni nadie lo puede derrotar porque es invulnerable a las manifestaciones externas.

¿Y si es de éxito?... Si por el contrario, el sentimiento es de euforia por el éxito obtenido en la acción, analizar también si esa alegría proviene de un ego enardecido o procede de la plenitud interior por el deber cumplido, ya que, la mayoría de las veces, es el ego ensalzado que se vanagloria.

Id con precaución para no engañaros, pues estos sentimientos egocéntricos son efímeros y a la larga hacen sufrir.

De ahí, la importancia que tiene la conexión más o menos frecuente con nuestro Ser Esencial. Pues ésta conexión nos situará siempre en el punto medio entre las “loas y alabanzas” y las “injusticias ú ofensas”.

Honestamente, yo no considero una ardua labor, la de tratar de establecer contacto en todo momento con nuestra Esencia, únicamente hace falta propósito. Cuando existe propósito y decisión,  la vida contribuye a favorecer esta unión de por vida.

Busca el silencio, busca tu Fuente y bebe de ella. Además de salud para tu cuerpo, será alimento para tu alma, equilibrio para tus emociones y luz clara para tu mente.

Allí donde nada perturba, allí donde se encuentra todo con el Todo, allí donde sólo hay plenitud y felicidad eternas, allí... de allí provienes tú.

Yo deseo ayudaros a encontrar vuestro camino de paz y armonía basado en el equilibrio y la calma interior. Pues sólo a través de esta calma interior hallaréis el camino hacia el Hogar y mientras llegáis el único sentimiento que será una garantía de seguridad para el caminante será el de la “Alegría”. Alegría por todo lo que existe, incluyéndole a él mismo. No hay lugar para el desánimo, el enfado, la crítica, la envidia y una larga, largísima lista de emociones negativas más con las que estáis tan familiarizados. No, no hay lugar para nada más que la “Alegría”.

¿Y por qué?, os preguntaréis... pues porque cada uno sois una exclusiva manifestación viviente del Gran Ser, de la inconmensurable Inteligencia Cósmica. ¡Por ello la alegría!, y porque además, todo lo que os rodea y convive junto a vosotros también es otra manifestación del Gran Ser, por lo tanto, con tu colaboración racional y humana estás contribuyendo a expandir y aumentar la Gran Conciencia del Gran Ser Esencial del cual formas parte por tu energía.

Espero que tengáis en cuanta esta pequeña reflexión y progresivamente vayáis integrándola en vuestra vida cotidiana:

- Para recoger los frutos, primero hay que trabajar sembrando las semillas.

- Después de la recolecta de los frutos, no desanimaros si estos fueran escasos, ¡observar su calidad!

- Tampoco derrochéis si hay frutos en exceso, agradeced la cosecha y dosificarla disfrutándola.

- Recordad que la vida os dará a veces más a veces menos con el fin de que conozcáis todos sus           aspectos. Abundancia o  escasez que no medren vuestro ánimo, lo más importante, lo verdaderamente importante es trabajar la tierra, abonarla, sembrarla, cuidarla y... esperar, sean cuales sean los resultados.

Siempre con vosotros, alegría, luz y amor.         

Amalur