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Nota: Las cartas las han hecho los participantes al Taller de autoestima en Miraflores (20 al 22 de Enero de 2012)
 
 
CARTA A MÍ MISMA
Querida Yo:                                                                                                
Creo que te estás dando cuenta de que te has pasado más de la mitad de tu vida preocupándote por los miedos escuchados y aprendidos de otros, luchando contra ellos y superándolos, en gran medida, porque tenías miedo a tener miedo.                                   
Pero también has descubierto que hay otros, que barruntas son peores porque están aún más escondidos, flotando en la
inconsciencia, camuflados con el fondo y de los que apenas tienes noticias. Algunos van asomando, apenas asomando y ya resultan perturbadores, en ocasiones traumáticos.
Son como malos compañeros que se disfrazan para conocerte mejor y atacarte cuando estás desprevenida.  
Pero has de aplicarte la lección. Tú sabes emplearte a fondo, eres voluntariosa, sincera y te levantarás una y mil veces,
como has hecho siempre. Primero lamerse las heridas y después manos a la obra. Desde el principio supiste que morirías con las botas puestas. Sabes que te quiero y te apoyo.
 
 
Carta de Yose  a Yose
 
¡Ya es hora! Estoy madura para crecer, como la semilla cuando se riega, para no postergar más la respuesta a por qué no me doy permiso para valorar, en toda su plenitud, mis capacidades; reconocerme y celebrarme en mi totalidad.
Aceptar, con el corazón, lo que intelectualmente veo y valoro de mí.
Aceptar todo el  amor y la valoración que los demás me regalan cada día.
¡Ya es hora de enfrentarme a las pocas excusas que me van quedando para hacerlo!
¡Ya es hora de abrir mi corazón! Es ahí donde está la llave de todo, en el corazón. Es él quien  me dirá que hago aquí.
Gracias por toda la ayuda que recibo porque llegados a este punto la necesito, me empeño en seguir poniéndome la última en la fila.
 
Yose
 
Hola Ego.
¿Me dejas hablarte un momento de cosas que tenemos pendientes?. Si, soy tu yo interior. Ese al de que vez en cuando haces caso y otras muchas ignoras.
Me ignoras cuando solo miras hacia fuera, me ignoras cuando no miras hacia dentro y me ignoras cuando lo haces y te incomoda lo que ves.
No te gustan las críticas en absoluto, mías ni de nadie. ¿Es falta de humildad, de confianza en ti mismo  o es exceso de miedo?. En cualquier caso el problema está en ti, en tu ego.
Te conozco porque soy la parte más profunda de ti, es miedo a que te dañen, miedo a que dejen tus sombras al descubierto, miedo a la acusación, miedo a sentirte en falta, miedo al ridículo.
Te irritas conmigo y con las personas que mostramos tus fallos, tus faltas, tus sombras  en lo que haces o en lo que dejas de hacer.
En cualquier caso toda crítica tiene un propósito y una enseñanza, venga de quien venga.  Pero no te enfades conmigo ni con los que te queremos, pues ni siquiera te cuestionamos y eres tu quien nos disfraza de acusadores. No cuestionamos tu valía ni tu luz que son tan infinitos como tú quieras.
Solo queremos que dejes salir tu luz, tu amor, tu fuerza y tu yo divino. Te enfadas con nosotros por miedo. Por miedo al esfuerzo del cambio. Por miedo a tener que dejar de
sentirte protegido en la cómoda inmovilidad de la rutina diaria.  Pero es una protección irreal que te bloquea y te  impide crecer.
Mostrar tu luz implica esfuerzo, pues cuesta esfuerzo dejar las sombras donde te escondes y proteges.
En realidad buscar tu luz es una meta y a la vez un camino. Y como todo camino implica una meta, una búsqueda, unas etapas cambiantes y un ponerse en marcha día tras día en cualquier tiempo y lugar. No hay otro modo de avanzar.
En realidad la meta es el camino, es caminar. Percibir toda la luz que hay en el camino, en las circunstancias, en los paisajes y las personas que encuentras a diario.
Sentirte a veces perdido e insignificante ante toda la luz que vas a encontrar es un sentimiento falso.  No eres insignificante para nada, porque si ves la luz y la reconoces fuera de ti es porque también está dentro.   No te juzgues ni juzgues a nada ni a nadie porque todo está impregnado de la luz, porque la luz es la esencia del mundo, de las personas, de las cosas, de las circunstancias e incluso los problemas. 
Sin luz no habría sombras y así es como debemos ver la vida, aceptando las sombras porque la fuente de ella es la LUZ. Todo tiene un propósito y una enseñanza.
Quiero que sepas que aunque así lo creas, la  iluminación no implica esfuerzo porque es tu estado natural, el de todos. Solo es cuestión de enfoque, de abandonarse, de fluir suavemente,  de estar presente, de alinearte con tu LUZ y vibrar en la misma onda.
Bueno, quizás estés preparado para un camino diario y constante o quizás no. ¿Pero cómo saberlo si no empiezas a avanzar un poco todos los días?. En cualquier caso tienes poco que perder y todo un universo de luz que ganar.
Con amor de Diego a Ego.
 
 
Querida mí:
 
Hoy me he propuesto escribirte y no dejar pasar más días, todo ha empezado recordando y diciéndome ¿quién te ha visto y quién te ve? Cuando usabas aquellas horrorosas gafas tan antiguas que te invitaban a comerte el mundo y si me apuras, a las personas; que impartías tu justicia y tu verdad allá por donde ibas, con aquellas amistades que dejaban un poco que desear: el pasado y el futuro.
 
No sé porqué,  la cosa empezó a cambiar, empezaste a prescindir de  las gafas y ha dejar de lado aquellas compañías; y poco a poco llegó lo inevitable, sin querer o queriendo te deshiciste de las dos.
 
Así empezaste a ver las cosas de otra manera, es más, a ver cosas que no hubieras imaginado nunca y te animaste tanto que te permitiste el lujo de pedirle a la voluntad que te presentara a la que parecía tan inalcanzable: la meditación y ¡zas! ¡Que feeling! Chica, parecía que os conociérais de toda la vida, además te presentó a muchos más amigos: la tolerancia, la confianza, la fe, la libertad, el presente …..y unos cuántos más.
 
Cuando pensabas que estabas tan tranquila y feliz, la vida una vez más como siempre te brindó una de las experiencias más importantes de tu vida. Llegaste un día a casa y ¡sorpresa! Te encontraste con dos okupas: el perdón y el amor a ti mismo.
 
Al principio no te hicieron mucha gracia, es más te incomodaban, pero curiosamente te fuiste acostumbrado, no solo a convivir con ellos, sino a disfrutar con ambos, vamos que yo diría que hoy no podrías vivir sin los dos.
Me alegro mucho de ver tus cambios y de ver que eres feliz, aparte de que estas mucho más guapa sin las ¡dichosas gafas!.Sin nada más con todo mi amor
 
 
 
Carta a mí mismo
 
Querido Laber:
Hace mucho tiempo que te conozco y he podido comprobar, a lo largo de estos años, que has ido consiguiendo, más o menos, las metas que te has propuesto.
Gracias a tu tesón, tu honestidad y tu buen hacer has formado, en compañía de tu pareja, una familia de la que debes estar orgulloso.
Ahora, en la actualidad, en compañía de un grupo de amigos vas caminando hacia el crecimiento interior. Pero recuerda, que únicamente con tu trabajo y tu entusiasmo podrás llegar a ese Ser interior que todos tenemos.
Te deseo todo el amor del mundo para que consigas tus nuevas metas, ya que sólo con el amor y la comprensión se puede llegar a donde se desea.
                  
Un abrazo muy fuerte de este que te quiere.
 
                                                                   
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
                                                                                     Miraflores 22-1-2012.