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EL BUDISMO

 LA VIDA DE BUDA: Siddhartha Gautama, hijo del rey de Sakya, pequeño reino al nordeste de la India, a caballo en la frontera con el Nepal actual, nació en el año 546 antes de Cristo.

 Su madre, la reina Maya, murió una semana después de dar a luz, y su padre, el rey Shuddodhana, abatido por la pérdida de su amada esposa, quiso evitar a su hijo cualquier sufrimiento, dolor y tristeza y le aisló completamente en un palacio rodeado de altas murallas.

Se educó desde muy joven en las artes marciales y ya desde muy pequeño tuvo  disposiciones para hacer prodigios y milagros. El niño creció feliz en una “jaula de oro”, rodeado de belleza, de juventud, de placeres.

A los 16 años, su padres le casó con una bella princesa, con la cual tuvo un hijo Rahula. Pero su vida era monótona, sin aliciente y sumamente aburrida, y siempre se preguntaba Siddhartha, que es lo que había detrás de estos muros de palacio.

A la edad de 25 años, durante una fiesta que le brindaba su padre y aprovechando la muchedumbre de invitados, se escapó del palacio y se perdió en la ciudad.

Cuál su desagradable sorpresa al encontrarse primero con una anciano decrépito, él que solo estaba rodeado de juventud y belleza. Más tarde se cruzó con un enfermo agonizando, él que solo conocía salud y energía. Luego vio un grupo de personas afligidas que llevaban el cadáver de un pariente fallecido para quemarlo en la hoguera, él que solo conocía la vida alegre. En pocas horas, su vida había cambiado. Se había visto frente a frente con la vejez, la enfermedad y la muerte y se sentía profundamente emocionado. Al poco tiempo se cruzó con un asceta medio desnudo, delgado pero con una enorme sonrisa en su rostro y de la cual emanaba una profunda serenidad y una gran tranquilidad, a pesar de estar desprovisto de absolutamente todo. Y allí fue cuando Siddhartha empezó a darse cuenta de que la vida no era la que él había conocido hasta ahora; que también había sufrimiento y aflicción, pero que también era posible vivir esta vida con serenidad y alegría a pesar del dolor y la desesperación.

Después de pasar una temporada atormentado por todos esos sentimientos nuevos que le hacían dudar de todo, abandonó el palacio, su esposa y su hijo y se marchó a vivir como un asceta, intentando a través de la meditación, encontrar la respuesta a todas sus dudas. Tenía entonces 29 años.

Después de vivir algún tiempo rodeado de otros ascetas como él, desprovistos de todo, y practicando una excesiva austeridad, Siddhartha se dio cuenta que ello no le daba la solución a sus problemas ni tampoco respuestas a sus preguntas, y allí tuvo su primera “revelación”: Si la vida holgazana  y de placeres que había conocido en su juventud no le daba la felicidad, ni tampoco la de total austeridad y mortificación que acababa de probar ahora, es que la respuesta estaba en el camino medio entre los dos extremos. Y de allí partió toda su doctrina.

Un día meditando bajo un árbol, entró en estado de samadhi (de iluminación, de éxtasis), y tuvo sus primeras revelaciones. Y se convirtió entonces en Buda, que quiere decir “el Despertado, el Iluminado”. A partir de entonces recorrió ciudades y pueblos, enseñando su doctrina a la gente, hasta la avanzada edad de 80 años, en que abandonó la vida terrenal.

Rudrâni