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REGRESIONES
Desde hace bastante tiempo se sabe que
en estado de hipnosis algunas personas "regresan" a lo que parece ser una
vida anterior. No sólo asumen otra personalidad, sino que son capaces de
describir detalles del pasado que le son completamente desconocidos cuando
no están en trance.
La moderna hipnosis comenzó con Franz Mesmer, médico austríaco que se
convirtió en el personaje de moda de la sociedad parisina del siglo XVIII.
El método empleado en la regresión hipnótica es simple. El hipnotizador hace
retroceder al sujeto paso a paso hasta el comienzo de su vida presente,
luego hasta el útero, y posteriormente le dice que retroceda continuamente
hasta llegar a una experiencia que pueda describir. A veces ésta es una
"existencia" en el interregno entre una muerta que ponía fin a una vida
anterior y un nacimiento que iniciaba la presente, mientras que otras veces
son experiencias de la propia vida anterior, cuyo período y circunstancias
el hipnotizador puede descubrir si pregunta cuidadosamente.
Este proceso, además, puede tener grandes efectos terapéuticos. Las neurosis
y otras enfermedades psicológicas pueden ser causadas por traumas cuyo
origen puede hallarse en algunas experiencias juveniles o infantiles
demasiado horribles para que la mente consciente se enfrente con ellas. Para
curar la neurosis debe descubrirse el trauma y hacer que el paciente se
enfrente a él, y la hipnosis constituye una técnica adecuada para hacerlo
aflorar a la superficie.
Extrapolando el proceso, las neurosis y las fobias pueden haber sido
originadas por traumas experimentados en teóricas vidas anteriores, que son
reveladas en estado de hipnosis. Así, la terrible aversión de una mujer al
agua se debía al hecho de haber estado encadenada en una galera como esclava
en una vida anterior, así como por haber sido echada al río y comida viva
por los cocodrilos. Un hombre que tenía horror a bajar en ascensores había
sido un general chino que accidentalmente cayó desde una gran altura,
muriendo en el acto. Una joven norteamericana que estaba a punto de saltar
desde un trampolín se paralizó de repente por el miedo al ver reflejada en
el agua la sombra de alguien que estaba a su lado. En estado de hipnosis
reveló el horrible final de una vida anterior en la que ella era una
muchachita de Florida, que justo en el momento de zambullirse en el agua vio
debajo de la superficie la sombra de un tiburón que había de comérsela.
Tanto si estas reminiscencias de vidas anteriores son auténticas como si no,
muchas personas
están convencidas de que las tienen. Gran parte de la investigación en éste
aspecto particular de la hipnosis representa un desafío a los escépticos.
He aquí lo que parece ocurrir cuando se está bajo hipnosis: los estratos de
experiencias que hemos adquirido durante nuestras vidas (experiencias que
han empujado los recuerdos de nuestras vidas anteriores hasta lo más
profundo del subconsciente) salen a la superficie. Los hipnotizadores saben
que dos sujetos distintos nunca se comportan exactamente igual, pues todos
los seres humanos son únicos en cierta forma; en muchos sujetos parece haber
una personalidad "oculta", una personalidad fantástica que sólo se revela a
veces en sueños o bajo hipnosis. Posiblemente sea esa "personalidad
fantástica", la que se revela, y no las reminiscencias de una vida pasada.
¿Cómo distinguir entre la mera fantasía y un verdadero relato de una vida
anterior? . El célebre caso de Bridey Murphy muestra cuán complicados son la
mayoría de ellos.
Durante unas sesiones que duraron desde Noviembre de 1952 hasta Octubre de
1953, Morey Bernstein, hipnotizador aficionado norteamericano, hizo
retroceder a la señora Virginia Tighe a una vida en la Irlanda de comienzos
del siglo XIX. La señora Tighe, de 29 años, nacida en Maddison (Wisconsin) y
residente en Chicago desde los tres años hasta su matrimonio, nunca había
visitado Irlanda, ni tenía mucho trato con gente irlandesa.
En estado de hipnosis, comenzó a hablar con acento irlandés, dijo que era
Bridget (Bridey) Murphy, hija de Duncan y Kathleen Murphy, matrimonio
protestante que residía en Meadows, en el condado de Cork. Hacia 1818 se
casó con un católico, Brian MacCarthy, a cuyos familiares mencionó; se
trasladaron en carruaje hasta Belfast, pasando por una serie de lugares que
ella citó. Hicieron compras en unas tiendas descritas por Bridey, pagando
con monedas cuya descripción coincidían con las de aquella época. Además
pronunció una serie de palabras irlandesas durante las sesiones, usando
algunas de ellas en su significado antiguo. Otro detalle revelador fue la
correcta descripción de una ceremonia común en los tiempos de Bridey: el
beso de la piedra de Blarney.
William Barker, contratado por la revista norteamericana Empire, de encargó
de investigar la historia de Bridey. Su informe reveló un típico caso de
regresión. Unos hechos fueron confirmados y otros no; los recuerdos sobre
detalles insignificantes resultaron ser ciertos, mientras que Bridey mostró
una total ignorancia acerca de otros hechos más importantes.
Resultó imposible confirmar nacimientos y defunciones, puesto que en Cork no
se llevó un registro hasta 1864. Pero las dos tiendas mencionadas por
Bridey, Carrigan y Fair, existieron ambas. Bridey dijo que en su funeral se
tocó un tipo de gaita especial, y se comprobó que dicho instrumento se
utilizaba normalmente en los funerales debido a su sonido moderado.
El investigador imparcial queda, pues, desconcertado. ¿Cómo conocía la
señora Tighe la existencia de aquel tipo de gaitas, o la manera especial de
besar la piedra de Blarney y los nombres de las tiendas de Belfast, cuya
existencia sólo pudo ser confirmada después de una penosa búsqueda?. Si se
trata únicamente de una creación del subconsciente, ¿Cómo pudo crear una
imagen tan real de la vida en Irlanda a comienzos del siglo XIX?. |
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