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ÁMATE A TI MISMO

De mi experiencia entre los seres humanos, con el convivir diario, he llegado a la conclusión que lo que realmente hace mucha falta en cada uno de nosotros es mayor estima hacía sí mismo. Yo me incluyo entre todos aunque no me siento igual, y perdonar mi sinceridad, yo me amo, pues amo la esencia de Luz que habita en mi. ¿Cómo no voy a amarme? Si no lo hiciera, estaría negando a mi Creador.

Cada persona tiene su propio e individual valor, cada uno de nosotros lleva a cabo su misión en la vida, conscientes algunos, otros no, pero este es así. El mundo en que habitamos es como una empresa gigantesca, cada cual ejerce su función, y dependiendo de su capacidad, será más o menos responsable de sus actos. Pero desde el director al botones, todos son necesarios para el buen funcionamiento de esta gran empresa.

¿Por qué nos empeñamos en negar el valor que cada uno tiene? Nosotros, de cara a losa demás, parece que nos crecemos, o al menos lo intentamos, pero en nuestros más íntimos sentimientos no hay amor hacía nosotros mismos, no el que deberíamos sentir.

No debe confundirse el orgullo con el verdadero amor a ti. El orgullo pertenece al ego, a la personalidad que siempre dice yo, yo, yo... El amor verdadero, es amor a tu Esencia Divina, a tu Creador, pues tú eres parte de El.

Caemos muchas veces en el error de la autocompasión. “Todos son malos conmigo, pobre de mí”. Esto no es amarse.

Amarse es estar agradecido por estar vivo, por sentir emociones, por todo lo bello que te rodea, por las experiencias tanto buenas como las menos buenas, pues estas te enseñan más. Amarse es estar contento contigo, interna y externamente, seas como seas físicamente, no importa, eso no es una barrera, pues más tarde o más temprano la matera desaparece para dejar paso a tu verdadero Ser.

Amándose uno mismo, te resultará más fácil amar a los demás, pues comprenderás mejor sus problemas y sus reacciones viendo en ellos el reflejo de su Ser que es también el tuyo.

Todos pertenecemos a la misma Masa o Núcleo, o sea al mismo Padre (llámese como se quiera o se sienta).

Estas líneas no tienen otra finalidad que la de recordaros que, aunque creáis estar seguros de que os queréis mucho, en el fondo solo buscáis el reconocimiento de los demás, el amor de los demás que os haga sentir importantes.

Querámonos con todos nuestros complejos, con todas nuestras imperfecciones y de este modo no será necesario buscar fuera el reconocimiento y el amor. Si nos amamos, nos amarán, os lo aseguro. 


Miguel